La época del califato de Córdoba
Mapa de la península durante la época del califato de Córdaba. Las flechas blancas son razzias o algaradas de Abderraman III, las negras de Almanzor.
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Por espacio de cuatro siglos, del VIII al XI, los musulmanes poseyeron no sólo la porción mayor del territorio hispano, sino además la más próspera, rica y culta. La España del Califato de Córdoba reproduce, con la excepción de la zona norte levantina, estructuras políticas anteriores muy consistentes (primera época del dominio romano, reino visigodo del siglo VI). Por consiguiente, en el referido momento histórico el sujeto esencial en la Península es la zona musulmana y no la cristiana.
Desde el punto de vista del gobierno de Al-Andalus, los núcleos cristianos del Norte eran unos grupos irreductibles y levantiscos, a los que era preciso hacer frente con una organización militar adecuada: establecimiento de un sistema defensivo fronterizo (fronteras inferior, media y superior), operaciones de castigo (expediciones militares o simples razzias), e intervención en su vida política interior (proteccionismo, vasallaje económico, fomento de luchas intestinas, etcétera).
El Califato cordobés durante la época de Abderrahmán III y Alhakem II señala el punto culminante de tal sistema. Los reinos cristianos se ven reducidos a los mismos trances difíciles de sus primeros días de existencia. Las expediciones de los ejércitos califales debilitan sus recursos y energías. Ninguno de ellos se libra de las acometidas musulmanas, que se realizan en cinco direcciones generales: de la orla portuguesa a Galicia o León: del sistema Central al Duero Medio; de Medinaceli a Castilla; de la depresión del Ebro a Navarra, y de la franja levantina a Cataluña. Así se comprueba en el estudio de las campañas de Abderrahmán III y Almanzor que se esquematizan en el gráfico.
Otro interés encierra la España musulmana del Califato. Nos referimos a la propagación de su influencia por el Norte de Africa, siguiendo tendencias anteriores que ya hemos indicado y que tendrán nueva confirmación en los siglos siguientes. En esta dirección, la política de Al-Andalus es también algo particularmente hispano.