Hay objetos cotidianos en los que la mayor parte del tiempo no reparamos. Varios de esos objetos pueden ser fácilmente llaves, puertas o cerraduras. Estamos tan acostumbrados a ellos que de manera normal no reparamos en su existencia. Sólo nos acordamos cuando perdemos unas llaves o cuando unos indeseables intentan violar nuestro domicilio.

En esos caso lo más normal es que nos acordemos de los cerrajeros y de las soluciones que pueden darnos (más info aquí).  En esos casos caemos en la cuenta de lo importantes que son las cerraduras que evitan que indeseables se introduzcan en donde no son bienvenidos.

Abrimos numerosas puertas varias veces a lo largo de una jornada. Sin embargo, la gran mayoría de la gente no tiene ni la más mínima idea de cómo funcionan las cerraduras. El funcionamiento de las cerraduras es una de esas cosas que son tan sencillas que, una vez descubres su mecanismo, te sientes mal al no descifrar su mecanismo tan fácil como ocurrente.

Las llaves tradicionales tienen una muescas en forma de dientes de sierra. Estas muescas están diseñadas para que coincidan con unos pistones que están en el interior de la cerradura. Si la llave es la correcta, los pistones se alinean y la cerradura se mueve.

Las primeras cerraduras eran sencillos cerrojos de madera. El mecanismo de cierre funcionaba a través de clavijas y ranuras, algo similar al modelo de una llave estándar actual. Más adelante comenzó la fabricación artesanal de cerraduras realizadas en metal. Las cerraduras en metal eran más seguras que las de madera.

El funcionamiento de las cerraduras, sencillo e ingenioso

Su funcionamiento es sencillo. Todas las cerraduras cuentan con una parte llamdada bombín. El bombín está formado por múltiples perforaciones en las que se hallan los pistones. Los pistones son unos pequeños cilindros y hay de dos tipos, los superiores y los inferiores.

Los pistones superiores tienen todos el mismo tamaño y están fijos, sujetos por un muelle. Los inferiores tienen distinto tamaño para coincidir con los dientes de sierra de la llave. Para abrir la cerradura los dientes de la llave han de conincidir con las alturas de los pistones. Así se libera la línea de corte de la cerradura permitiendo que gire el bombín y que se pueda abrir la cerradura.

funcionamiento cerradura

Al girar la cerradura se activa otra parte muy importatne de la cerradura es el resbalón. Este elemento es plano por la cara interior de la cerradura e inclinado por la otra. Está ubicado en un hueco la puerta. Al abrir la puerta el resbalón impide que la puerta se abra, puesto que está encajado en el marco, entre la puerta y la pared. El resbalón es lo que hace que la puerta se pueda abrir o no.

Si la llave coincide con los pistones se moverán las clavijas hasta que los pistones queden alineados con la línea de corte y se puede girar el bombín. Si la llave no coincide es porque alguno de los pernos no está bien alineado, entonces la línea de corte no queda desbloqueada y el bombín no puede girar.

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