Una vez que los autónomos/emprendedores (cuanto paga un autónomo)han tenido una idea, y la han valorado bien, llega el momento de crear la empresa, y lo que es más importante, hacer que sobreviva y que se mantenga en el tiempo.
NACIMIENTO DE LA EMPRESA
Entendemos la empresa como una unidad económica de producción y distribución de bienes y servicios. La empresa utiliza una serie de factores que se clasifican en:
recursos naturales, trabajo y capital y con su adecuada transformación obtiene los correspondientes bienes y servicios para atender la demanda de los particulares de la administración o de otras empresas.
El nacimiento de la empresa puede tener diversos orígenes:
-surge de una idea nueva de su creador
-parte de la experiencia observada en una determinada empresa en la que el futuro emprendedor presta sus servicios por cuenta ajena
-surge de las ganas de independizarse por parte del trabajador asalariado
-las ideas que recogemos de terceras personas nos hacen imitar su ejemplo.
Ideas de negocio, sencillez para triunfar.
La casuística, como es fácil de entender, es tremendamente variada. En cualquier caso, consideramos que una característica sí debe ser común a todas estas formas o motivos que impulsan al emprendedor a crear una empresa, y es la referida al descubrimiento de alguna oportunidad en el mercado. La idea de una necesidad actualmente insatisfecha por parte de las empresas existentes en la actualidad, o la posibilidad de crear la necesidad en el mercado, son razones fundamentales y necesarias para tomar la decisión de crear una empresa.
Oportunidades de mercado.
CARACTERÍSTICAS DEL AUTÓNOMO-EMPRENDEDOR
En este mismo sentido consideramos que el emprendedor debe ser una persona con unas características muy concretas, no debe ser necesariamente un inventor, las dotes más importantes que se le exigen son:
-observación
-atención
-espíritu inquieto e innovador
-capacidad de análisis
-capacidad crítica
-decisión
-espíritu de riesgo
-capacidad de coordinación y de dirección dotes de mando
El espíritu innovador, la capacidad para coordinar y la de asumir riesgos consideramos que son los factores más importantes que deberían exigirse a cualquier emprendedor. El resto de los actores aunque también los consideramos importantes quedarían situados en un segundo plano.
NAVEGANDO LA INCERTIDUMBRE
A la hora de crear una empresa, cualquiera que sea su forma jurídica, se asumen una serie de riesgos y de amenazas, y frente a ellos se esperan obtener una serie de beneficios o de oportunidades. El futuro empresario deberá poner en cada uno de los lados de la balanza lo positivo y lo negativo antes de decidirse a constituir su nuevo negocio.
En todo este proceso el futuro siempre es incierto y puede ser este un factor determinante que desanime a muchas personas. Por este motivo indicamos anteriormente que el emprendedor tenía que tener una amplia capacidad para asumir riesgos. La incertidumbre es consustancial a toda decisión, y más aún, si se nos permite, a toda decisión empresarial. Para triunfar en los negocios la persona debe saber arriesgar, con un riesgo calculado, eso sí. Aquellas personas que no se sientan con fuerzas para afrontar la difícil aventura de la incertidumbre deberán asumir el trabajar por cuenta ajena. Aunque también en el trabajo por cuenta ajena se toman decisiones en situaciones de incertidumbre, el riesgo que se corre al adoptarlas es de otra naturaleza. El empresario-emprendedor entenderá muy bien esta diferencia desde los primeros pasos del inicio de su actividad incluso antes de que la misma llegue a iniciarse.
IDEA-FINES-OBJETIVOS
Desde el inicio de la actividad la empresa encarará siempre a su futuro fijando su diaria atención en la consecución de una serie de objetivos. La empresa se creó a partir de una idea para el desarrollo de unos fines. Esos fines últimos se concretarán en una serie de objetivos.
Para alcanzar los fines de venta han de trazarse una serie de grandes caminos que están constituidos por las políticas. Los objetivos corresponden a la cuantificación de las políticas. Para que los objetivos se cumplan la empresa deberá organizar todos los medios disponibles y establecer las correspondientes estrategias.
Los objetivos generales de la empresa deberán concretarse a nivel de departamento o sección dando origen a los objetivos particulares, los cuales, una vez jerarquizados, deberán acompañarse de las correspondientes programas de ejecución y de la cuantificación de estos programas en los oportunos presupuestos.
El proceso debe completarse con el establecimiento de unas medidas del control de la gestión que nos permitan detectar en todo momento las desviaciones que surjan entre las previsiones y las realizaciones así como la causa de las mismas. Este proceso será circular, retroalimentado de tal manera que se garantice en todo momento la posibilidad de intervenir cuando las circunstancias lo requieran, sin necesidad de interrumpir la mecánica normal del funcionamiento de la empresa.
Estrategias, objetivos, políticas, fines.
En los años siguientes al del inicio de la actividad deberá efectuarse un análisis tanto externo o del entorno como interno de la empresa. En este análisis deberán detectarse y ponerse de manifiesto de forma clara y concisa las oportunidades y las amenazas en relación al entorno que nos rodea así como los puntos fuertes y los puntos débiles encontrados en el interior de la propia empresa.
Tener una idea clara y una adecuada capacidad de asunción de riesgos no es lo único necesario para el triunfo de una empresa, pueden ser factores decisivos en el inicio de la actividad, pero en la continuación de la misma se requiere que las personas que dirijan la actividad tengan una adecuada preparación en las diferentes áreas de la gestión empresarial.
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