Cuando gracias al buen trabajo del autónomo la empresa crece, suelen entrar en acción, nunca mejor dicho, los accionistas que acompañarán al emprendedor en el crecimiento de la empresa. Los accionistas pasarán a ser, junto con el autónomo fundador, los propietarios de la empresa. Pero si seguimos creciendo, junto a los accionistas llegarán también los directivos, que serán los encargados de tomar las decisiones en lugar de los accionistas.

Aunque jurídicamente los accionistas son los propietarios de la empresa, son los directivos, la tecnoestructura, los que realmente toman las decisiones relacionadas con la misma. De hecho hoy en día el derecho político al voto de los accionistas en grandes empresas carece prácticamente de sentido. Son los consejos de administración quienes ostentan la representación necesaria para conseguir sus objetivos.

El accionista privado se ha convertido en un simple inversor financiero que se limita a percibir al final del ejercicio unos dividendos y esperar una plusvalía. Así, en el caso de que los resultados no sean los que realmente esperaba el accionista, su forma de mostrar su desacuerdo con la gestión empresarial no es otra que vender sus acciones de la compañía y dirigir sus próximas inversiones hacia empresas diferentes.

Clases de propietarios en la empresa

Por lo tanto podemos decir que existen dos clases de propietarios:

  1. propietarios permanentes, con dominio y control financiero, pertenecientes al Consejo de Administración.
  2. propietarios temporales o simples inversores financieros.

La tecnoestructura consigue de este modo consolidarse y mantener su poder. Marca las directrices del desarrollo futuro de la empresa y realiza la planificación a largo plazo.
De cualquier manera no posee un poder ilimitado. Los directivos mantienen su posición de privilegio siempre y cuando sean capaces de generar los beneficios suficientes para contentar por una parte a los accionistas y por otra a todos aquellos que aportan su contribución a la empresa, en especial a los trabajadores.

Cuando se trata de empresas públicas o de coperativas, el empresario asume su función de tomar decisiones atendiendo a las directrices marcadas por los grupos que ostentan el poder (gobierno o cooperativistas).

Resumiendo, el concepto actual de empresario es el de un órgano individual o, con mayor frecuencia, colegiado, que toma las decisiones oportunas para la consecución de unos objetivos que dependen de los grupos de interés presentes en las empresas grupos de interés que se pueden clasificar en:

– propietarios o accionistas
– directivos o administradores
– trabajadores
– autónomo colaborador