Innovación y emprendimiento

 

A lo largo de este mes de Noviembre he podido asisitir a dos actos vinculados a la inovacion y el emprendiniento. 

El primero de ellos fue el celebrado en el Parlamento de La Rioja el día 12, en el que se presentaban las conclusiones del segundo Think Tank de la Fundación Riojana para la innovación (en adelante FRI), «innovar para emprender». Descargar en PDF aquí.

El segundo fue el celebrado el día 18 en el museo Guggenheim de Bilbao, Prest 13, «aires nuevos, empresas nuevos«.

En ambos se trataban temas similares. Se habló de empresa, de innovación, de formas y maneras de emprender, y, en definitiva, de qué se puede hacer para que nuestra sociedad y nuestro tejido empresarial sean más dinámicos.

Bien. Es de agradecer el interés actual, tanto por la innovación como por el emprendimiento. Mucho mejor este interés que no el desdén de tiempos pasados, el famoso «que inventen ellos» que también se pudo aplicar al «que emprendan ellos». Las economías más potentes del mundo son aquellas más emprendedoras, aquellas en las que el nacimiento de empresas es mucho más  normal, común y fácil que en España. Bien está que ahora se faciliten algo las cosas, aunque queda mucho por hacer. Y lo principal que queda por hacer es, en mi opinión, cambiar la cultura de la sociedad. Dejar de ver al emprendedor/empresario como el malo de la película (en eso tienen mucho que ver los viejos empresarios, pues no se han molestado en cambiar esa imagen) y al paquirrín o al chulo putas del programa de la tele de turno como los modelos a imitar.

Esa fue precisamente una de las ideas que se repitieron en los dos actos, la cultura emprendora es muy baja en nuestro país. En el informe del Think Tank de la FRI aparecen varias recomendaciones cuyo objetivo es mejorar y fomentar la cultura emprendora. Desde la creación de concursos en escuelas, hasta la difusión de lemas callejeros con las mejores propuestas, o la visita de emprendedores de éxito a los colegios para impartir charlas a los niños.

En Bilbao, por su parte, llegaron a conclusiones parecidas. En un acto de pura bilbainada, compararon Silicon Valley con Bilbao:
nivel de vida y vida saludable
educación y universidades
existencia de inversores
cultura emprendedora

A vueltas con la cultura emprendedora.

En todos estos parámetros Bilbao cuenta con estructuras similares a las de Silicon Valley. Cuenta con un nivel de vida alto, y con posibilidades de llevar una vida saludable (zonas verdes cercanas, cultura deportiva general, etc.) También cuenta con buenas universidades en la propia ciudad y en las cercanías, así como con un buen número de posibles inversores. Pero de nuevo, falla el último punto, la cultura emprendedora. Mientras que en Silicon Valley los modelos a imitar son los de Apple, Google, Microsoft o Facebook, por citar sólo unos pocos de los más conocidos, en España nuestros jóvenes quieren ser…eso en lo que estás pensando.

Ciertamente, este es el punto capital. Ahora que la crisis ahoga nuestras gargantas fomentamos la cultura emprendedora, impartiendo charlas, coloquios, conferencias y saraos varios. Es un paso adelante importante, pero llevará muchos años cambiar la tendencia. Si fuéramos en la creación de empresas la mitad de buenos que somos en el mundo del deporte, nos comeríamos el mundo. 

¿Y por qué somos buenos en deporte? 

¿Cuántas horas de programación deportiva se emiten a diario en las televisiones? Ahí radica una de las mejores explicaciones para responder al porqué de nuestra nula cultura empresarial. Hay una inexistente presencia de los emprendedores y del emprendimiento en los medios de comuncación. De ahí la importancia de algunas de las propuestas mostradas en el Think Tank, llevar la cultura emprendedora a la calle, a la escuela, hacerla visible y normal.

Por otra parte, seguimos con la cultura del funcionario ó trabajador fijo, y cuesta muchísimo romper con la presión social que te recomienda que busques un trabajo y te dejes de historias…

Y ahora, hablaremos del Gobierno.

Porque el Gobierno, no este de ahora, sino todos los de la historia, no han sido parte de la solución, sino del problema. Cuando se compara lo que pagan los autonómos en otros paises de Europa y lo que pagamos aquí, uno tiene ganas de coger un bidón de gasolina y dirigirse a algún ministerio a ver que pasa. Desde el minuto 1 tienes una serie de gastos fijos y obligaciones con tus socios (Seguridad Social y Hacienda) inasumibles para la mayoría. Y si tienes la fortuna de ganar dinero, tu socio Agencia Tributaria se queda con el 20%. Si acaso luego, al año que viene en Mayo, ya echaréis cuentas, pero de momento tú has de darle el 20%.

Esto supone un obstáculo muy difícil de salvar para muchos autonómos. En mi opinión, el primer año se debería dejar a los autonómos en paz. Que se pagase una cuota al darse de alta, y ya. Hasta el año que viene. Los autónomos lo que han de hacer es preocuparse de vender y de sobrevivir, no de pagar menudencias a Hacienda y a la Seguridad Social. Si en ese primer año el autonómo consigue ganar dinero, gastará más, por lo que el Estado recaudará más por IVA. Pero también por IRPF, pues puede que ese autónomo compre más cosas a otros autonómos, y si estos no son nuevos, sí pagarán IRPF, y como venderán más, pagarán más.

Lo que es una soberana estupidez es nuestro sistema actual, que criminaliza al autonómo y le obliga a financiar al Estado con sus ahorros, no con sus beneficios.

En definitiva, bien esta que gobiernos de todos los niveles se preocupen en organizar todos estos actos, pero nos iría mejor si fueran a la ráiz de las cosas, no hace falta una ley de emprendedores, lo que hace falta es que les pongamos más obstáculos de los que ya tienen.